Bates Beefy Body FX
Poseer y conducir un venerable Shovelhead no es la peor forma de gastar tu dinerito tan duramente ganado cuando eres un amante de la maquinaria de Milwaukee en el pasado siglo.
Pero si cometes el error de de dejarte caer por alguno de los custom show que se celebran en Norrtälje, Suecia; Punta Bagna, Francia; por no mencionar Born Free, en Estados Unidos, puedes contraer el virus de la customización. Entre la galaxia de estilos que pueblan el espacio profundo del motociclismo, entre antiguos depósitos AMF, colines café racer caseros, entre guardabarros recortados y sus soportes recurvados, asientos king and queen a dos niveles y monoplazas, descubrirás, si miras donde debes, una raza especial de componentes de moto.
El material del que están hechos los sueñosCuando en los sesenta, Harley-Davidson adquirió en los sesenta una fábrica de fibra de vidrio, Willie G. Davidson rápidamente vio la inagotable gama de posibilidades que ese material ofrecía. En 1971 las Sportster y la nueva Superglide se ofrecían con el revolucionario asiento boattail. Hechos de… si, fibra de vidrio. Fibra de vidrio. Son filamentos de vidrio ultra finos aglomerados entre sí por resinas de epoxi. Se usa desde los años treinta para construcción y aislamientos. Cuando aparecieron las tablas de surf, los diseñadores descubrieron muy pronto su capacidad de reproducir curvas complejas y que era ideal para reforzar sus tablas de balsa. El uso en motocicletas vino enseguida. El boattail fue un desastre de ventas y enseguida paró su producción, pero los pocos que sobrevivieron son ahora auténticas piezas de coleccionista.
Un joven chaval llamado Tracy Nelson fue más listo que los caballeros de Milwaukee. Su taller de California, “Tracy’s Fiberglass Works”, más tarde “Tracy” se hizo legendario. Tracy construyó monocascos para diversas marcas y modelos. Un monocasco es una combinación de depósito, base de asiento y guardabarros trasero, a menudo también con los paneles laterales, todo en una sola pieza. El catálogo de Tracy estaba lleno de creaciones raras y desquiciadas, provocando una verdadera locura de la fibra en los setenta. No había monocasco demasiado estrafalario o pintura fuera de lugar.
Pero incluso entonces, los monocasco para Harley-Davidson eran poco habituales, y si consigues hacerte con uno de ellos, su estado suele ser malo. Aunque se trata de un material resistente, cincuenta años son un tiempecito. Un depósito con fugas no es una broma cuando te has gastado 1.500 pavos, trabajo de pintura aparte. Por eso existe la Beefybody.
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