1948 Wrecking Crew Pan
Cuando contemplamos una Panhead de 1948 de W&W, resulta muy difícil imaginar lo larga y tortuosa que es la vida que ha llevado. Aunque no podemos estar seguros de cómo fueron sus primeros 40 años en este mundo, lo que sí sabemos es que a finales de los 80 entró a engrosar la flota de W&W. Y fueran cuales fueran los planes de futuro de entonces, la Pan ha demostrado que estaba allí para quedarse.
La lista de los muchos roles que ha desempeñado desde entonces es impresionante. Uno de sus primeros estrenos fue soportar el traqueteo de un gran bidón de plástico de mezcla MaiTai atado al sidecar que entonces llevaba la moto. Una carrerita montaña arriba y otra montaña abajo, y el cocktail ya estaba mezclado y listo para consumir.
El sidecar también llegó a usarse como transporte en nuestra carrera de montaña 45. En una ocasión se usó para remolcar la moto drag de W&W a la línea de partida. En otras se usó para transportar el árbol de Navidad desde el bosque y decorar la oficina central, muchas para traer y llevar turistas, pero siempre sabíamos que en la Pan 48 podíamos confiar. En condiciones extremas, cuando las temperaturas cayeron en picado a menos 40 °C fue la primera opción para correr la aventura Iceroad en 2008, y para ello se trató con una pintura gris hielo y se le añadieron neumáticos con tacones.
En estado original, como moto de aventuras o como caballo de trabajo diario, una Panhead siempre está lista para responder y lucir el aspecto más impecable. Tanto más si cabe en su moderna reencarnación como bobber clásica.
En lo que respecta a las especificaciones, la moto está casi original. Aunque los números coincidir no coinciden: hace algunos años para conseguir algunos caballos más trasplantamos un motor FLH vintage de 1960 a su venerable chasis rígido. La caja de tres marchas (con marcha atrás) resulta muy práctica cuando se instala el sidecar. Con solo engranar la R y darle marcha atrás se saca de cualquier sitio por muy estrecho que sea. El cambio de marcha se hace a mano, por supuesto, y el embrague se acciona con el pie, como tiene que ser en una ’48. Delante y detrás lleva ruedas de 16“ con radios y frenos de tambor, el de delante aún con accionamiento hidráulico para optimizar la capacidad de frenada. La configuración original está bien si uno consigue adaptarse a ella, pero siempre es bueno mantener algunas reservas, sobre todo teniendo en cuento lo voluminoso y pesado que es el sidecar.
Las horquillas Springer son del periodo correcto, de los primeros años de las Panheads, exactamente de 1948. Por eso nuestra Wrecking Crew Pan es una clásica auténtica, con su chasis rígido y su motor con cubierta Pan.
Detengámonos un momento en los detalles. Detrás de los depósitos originales de 3 ½ galones con su distintivo velocímetro encontramos el sillín solo con resorte. Su diseño sencillo pero eficaz proporciona confort demostrado en los recorridos de larga distancia, incluso en ausencia de una rueda trasera con resorte, de ahí su gran popularidad entre los usuarios.
Y para dar luz a las carreteras nocturnas, lleva un faro original. En la parte de atrás un piloto trasero estilo Crocker ilumina el polvo que flota en el aire con su brillo rojo. Los guardabarros se diseñaron con gusto y a imagen y semejanza de las bobbers, con el estilo de aquella época, lo que significa que detrás se eliminó el faldón móvil. Por delante, se han recortado y afilado los dos lados del guardabarros para conseguir un look más deportivo.
El arranque de esta máquina no es con botón, es por masa de la carrocería, y hacen falta ciertos conocimientos del funcionamiento de la combustión interna del motor. En pocas palabras, el arte del arranque a pedal. Pero el carburador Bendix ayuda y tras un par de patadas (lo ideal es que sea solo una) el motor empieza a toser y a revivir, y pronto el famoso rugido sordo sale por el colector 2-1 atravesando el cohete de su silencioso. Un sonido dulce donde los haya, incluso para los oídos más sensibles al ruido.
No sorprende que esta Pan '48 sea tan tremendamente popular y que la elija tanta gente entre todas las motos de la flota de W&W. Y estamos muy seguros de que ahora mismo alguien en algún lugar del mundo está estrujándose el cerebro e inventando una nueva y fascinante aventura para esta máquina atemporal de dos ruedas, porque hoy es otra vez el tiempo de LA PAN QUE TODO LO PUEDE.
























