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Born Free 14, California, USA

Born Free 14, California, USA

Y nos fuimos al Born Free, a través de pintorescos paisajes bajo el sol de California, preparados para un día de ruidosos V-Twins borboteando y tosiendo, y disfrutamos el viaje, guardando espacio en las tarjetas de nuestras cámaras para la alucinante selección de motos que íbamos a ver. Según la organización va a ser el más grande Born Free.

Pues muy bien. Montamos la carpa a las orillas del pequeño lago de Oak Canyon. Nuestros vecinos eran la misma pandilla de colegas que conocimos el último año: Cycle Zombies, Max Schaaf, Juniors Handmade… Un montón de saludos y recuerdos.

Tras la tradicional fiesta pre-show en el Cook’s Corner Bar (donde había un montón de motos nuevas) al día siguiente tuvimos algún problema para enfocar la vista en semejante festival de choppers.

Como era de esperar, la palabras

no pueden expresar el vasto número de máquinas, su calidad y el ingenio de los constructores. Sólo el parking de constructores invitados (unas 30 motos) es ya un evento top. Si te apuntas a este concurso, optas a un lugar en el Yokohama Hot Rod Custom Show. Con tu moto. Además de un premio de 10.000 dólares. Eso es lo que espera al ganador del Born Free.

Con semejante cantidad de máquinas fue interesante poder echar un vistazo antes de la apertura al público. Una agradable sensación invadía nuestros corazones al ver alguna de nuestras piezas montada en una de esas creaciones.

Llegó el sábado y un montón de gente.

El tiempo soleado, sin nubes, pero no muy caluroso. Perfecto. Pronto se llenó de californianos tatuados desfilando lentamente entre los stands y las principales atracciones. Un chopper junto a otro hasta el horizonte y entre medio un half pipe, bandas, un rincón especial para chicas constructoras y muchos eventos en el escenario. También había dos motos para rifar: un Panhead copper del 57 y una FXR modificada.

Uno de los platos fuertes era

el premio al mejor constructor. Y el vencedor fue Wrecked Metal y su Panhead del 59 con un ligero toque Ironhead.

No se puede desestimar el efecto que estas antiguas y a veces históricas motos trabajadas (en ocasiones con sangre en los nudillos) y customizadas al máximo tienen en un creciente número de usuarios de Harleys nuevas de concesionario, que vienen por decimocuarto año al Cañón de las mil posibilidades. La leyenda ha de ser pulida y lustrada para que el paseo no se acabe.