Born Free #16, Silverado Canyon, CA
¿Hasta qué punto puede parecer japonesa una Harley?
Una vez más, Oak Canyon Park, en Silverado, California, se llena hasta los topes con el gran evento de la cultura chopper: el Born Free. Una especie de feria mundial para locos del bricolaje motero y la peor pesadilla para los que creen que lo de serie es lo mejor.
Como siempre, con una asistencia de unas 25.000 personas flipando en colores con más de 200 puestos de piezas, herramientas, arte, comida, bebida y atracciones como el muro de la muerte, conciertos y una rampa de skate.
Aunque el motivo real para ir son las cientos de motos (y trikes), todas personalizadas con distintos niveles de arte mecánico, listas para ser juzgadas entre “¡guau!”, “¿pero qué…?” o “tío, eso es una genialidad / pasada / cagada monumental…”
Un momento… ¿esto no iba sobre Japón y Harleys?
Sí, sí, vamos a ello: hay un círculo VIP de mecánicos-estrella, los que llevan la personalización al límite, los “Invited Builders”. Compiten por el premio gordo: un billete a Japón y la posibilidad de exponer su moto en el Mooneyes Hot Rod Show de Yokohama. El evento por excelencia, incluso por encima del Born Free, donde se juega a muerte o gloria.
Entonces… ¿quién se va a Yokohama? Este año hay 33 nombres en la lista de nominados. Pero hay otro concurso paralelo: para optar al premio “People’s Champ”, las motos tienen que haber llegado al Born Free tras recorrer al menos 80 kilómetros por sus propios medios. El ganador indiscutible fue Max Bayko, que se trajo su moto desde Vancouver (Columbia Británica), pilotando más de 2.400 kilómetros. ¡Toma ya!
Eso deja a los otros 33 compitiendo por el billete
de 9.000 kilómetros a Japón. El ganador del “Invited Builders’ Award” fue una Knuckle de 1936 con una historia potente: Ryan '@3gknuck' Grossman la reconstruyó a partir de los restos de una moto que ardió en el incendio de Paradise hace unos años, y ahora echa fuego de verdad gracias a un sistema de quemador de propano oculto en su interior. ¡A disfrutar en Japón!
Y ya que estamos: otra moto que se va a Japón es la Triumph de 1951 de los hermanos Neefus (@redcloudscollective.
Una Harley y una Triumph se harán japonesas, aunque solo sea por un rato. Si nos lo llegan a decir en 1979, cuando todo esto empezó…