Wrecking Crew Diaries
2008 Canada, Northwest Territories - The Other End of the Road

2008 Canada, Northwest Territories - The Other End of the Road

40 grados bajo zero – el mundo aparece translúcido, claro E impecable. Nebulosos son sólo tu aliento y los restos explosivos de las pipas de las dos Harleys en la Ruta de hielo que en días más suaves desemboca como el río Mackenzie en labahía Beaufort. Allá arriba, cerca de Tuktoyaktuk, en los territorios noroccidentales, Canadá, está el fin del continente americano para vehículos. Y el único credo es: “Don’t get stuck in Tuk!“

Las siguientes partes son el intento de traer a casa una idea de lo que es viajar con dos Harleys sobre la Ruta de hielo. Estas expediciones son todo menos peligrosas, aunque alguna gente dirá otracosa. Sin embargo, un poco de preparación y precaución pueden ser muy útiles. Además, no fue la primera expedición de W&W Cycles en rutas que otras personas jamás considerarían como tales.

Parte 1 - El viaje hacia el otro extremo del termómetro
Parte 1 - El viaje hacia el otro extremo del termómetro
Y finalmente has llegado. Sí, te sientes preparado. Chaquetas polares pesadas. Calcetines térmicos. Ropa interior deportiva contra el sudor. Ropa interior de lana contra el frío. Guantes que prometen protección contra el viento. Pasamontañas y gorra de lana. Te pones todo, ¿y después? ¿Qué es lo que nos espera allá afuera? En ninguna parte existe un termómetro. ¿Para qué? Si todo el mundo sabe qué tiempo hace: frío. Y luego, el primer paso hacia fuera. Un pensamiento se te viene a la cabeza: bueno, no hace tanto frío como había – bamm! Y aquí está: el frío.

Con todo el ímpetu de 35 grados bajo cero, el frío te golpea en la cara. La piel se pone tensa. Sacas el pasamontañas. Los pulmones reaccionan irritados. Un toser corto y seco. Pero no debemos quejarnos, pues lo quisimos así. Y hoy es el primer día: hoy vamos a sacar las Harleys a la ruta del camino.
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Parte 2 - En el otro extremo de la ruta
Parte 2 - En el otro extremo de la ruta
En el caso de que ésta se pueda denominar como tal. Aquí, en Tuktoyaktut, Northwest Territories, Canadá, donde hay una ruta solamente cuando las condiciones del tiempo son favorables, o sea, entre diciembre y abril; cuando hace tanto frío, que el Mackenzie River se congela. Entonces se puede labrar una ruta con el quitanieves hasta Tuktoyaktuk, a lo largo del río Mackenzie, saliendo por el delta hasta el Mar de Beaufort congelado. Sí, el mar, el mar salado y congelado. Puedes atravesarlo fácilmente. Tal como si hicieras el trayecto Miami-La Havana en moto. Tuktoyaktutk: 1000 habitantes, una estación de gasolina, un supermercado, un cementerio. Y un guardián de la RCMP, la Royal Canandian Mounted Police, donde nos registramos. Para avisarles que estamos aquí y tener su respaldo en el caso de que alguien se sienta molesto por el ruido de las motos. Ésta es otra razón por la cual Edward está a nuestro lado, Edward de Inuvik. Creció en la región, su hermana vive en Tuktoyaktuk y todo el mundo lo conoce.
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Parte 3 - ¿Quién haría esto – y para qué?
Parte 3 - ¿Quién haría esto – y para qué?
Antes de desempacar las dos motos y arrancar, una breve mirada hacia atrás: ¿por qué estamos aquí? No fue la primera expedición de W&W sobre los hierros de Milwaukee. En 1995 trazamos el plan de conquistar el Tapón de Darién entre Panamá y Colombia en moto. El intento quedó truncado por el barro grueso de la selva. Pero no sin haber tomado fotos espectaculares.

En el 2005 el objetivo fue otro: probar la cerveza más austral del mundo, desde Buenos Aires por la Patagonia sobre la Ruta 40 (abajo la grava, arrriba el viento) hasta Ushuaia, en la Tierra del Fuego. Y ahí, entre uno y otro trago, surgió la pregunta de cómo sería el otro extremo de la ruta, allá arriba en el norte. Y como nadie lo sabía decidimos: tenemos que llegar hasta allá.
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Parte 4 - Alguien simplemente tenía que hacerlo
Parte 4 - Alguien simplemente tenía que hacerlo
Se puede considerar como una prueba, una prueba de cuánto una Harley es capaz de aguantar y resistir. Barro, grava, corridas de toros… ya hemos tenido de todo. ¿Pero, 35 grados bajo cero y una ruta de puro hielo? Ahora ha llegado el momento. Preguntamos por el aeropuerto local, el James Gruben Airport. Parece haber mucho espacio y poco tráfico. Y ahí están ellas: las dos máquinas. Un poco precalentadas en el camión – si se puede hablar de “precalentadas“ a una temperatura de 10 bajo cero en el interior del vehículo-, tal vez sería mejor decir predescongeladas. Con las baterías recién cargadas, intentamos resucitar a las motos. Encender. Botón de presión. Y entonces... nada. Es normal, estuvieron paradas por mucho tiempo. Otra vez. Nada. Y otra vez. Nada. Y…nada. ¿Alguna señal de vida? No. Bueno, entonces vamos a arrancarlas remolcándolas. Se ve gracioso, una Harley tirada con una cuerda de 10 metros por un camión MB Vario -muchachos, lo que importa es que la cosa funcione. Lo cual, sin embargo, no hace. Ni siquiera después del quinto intento. No hay otra opción: Tenemos que emparcar las motos otra vez.
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Parte 5 - Vámonos sobre el hielo
Parte 5 - Vámonos sobre el hielo
Las motos marchan, la ruta está abierta. Los clavos de las ruedas se abren camino por las calles de Tuktoyaktuk. Acá las calles, como todo, están cubiertas de nieve. Hoy las condiciones para conducir son excelentes. Saludamos al alcalde, luego salimos de la ciudad pasando por el cementerio con dirección hacia el Mar de Beaufort, hacia la Ruta del Hielo. Una ruta con muchas curvas, nunca recta, siempre esquivando algun obstáculo de nieve o hielo. Parece que alguien se divirtió cuando construyó la ruta. ¿Y cómo es el manejar acá? Preguntemos a los muchachos que lo hicieron:
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Parte 6 - Travesía por el río con pequeños obstáculos
Parte 6 - Travesía por el río con pequeños obstáculos
Acá se puede manejar bien, especialmente ahora que descubrimos que manejar sin casco es mucho mejor. La máscara de neopreno para tapar el cuello y la boca, la gorra de lana y la capucha de la parka encima. ¿Gafas? No. Sea cristal doble o ventilado, la diferencia de temperatura es demasiado grande y las gafas se empañan enseguida. Otra vez es la hora de la parka Canada Goose Resolute: gracias al efecto túnel de la capucha y su borde de piel de coyote, el frío se queda afuera – por lo menos casi todo. El aliento, la humedad, la temperatura forman cristales de hielo en el interior de la capucha. Ahí fusionan con otros cristales y se quedan en las partes con cabello. Las cuales son – aparte de la barba – las cejas y pestañas. Se acumula tanto hielo hasta que de pronto los ojos están congelados. Pero esto es todavía mejor que gafas empañadas. Conducir sobre el hielo no presenta mayores problemas – pero guiar la panhead con cada milla, o mejor dicho con cada grado de frío, resulta más difícil. Como si alguien hubiera sustiuido la grasa por chicle. Solamente la panhead está afectada. ¿Por qué no la shovelhead también?
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