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Parte 4 - Pingüinos y correo averiado (Península Valdés - Esquel)

Parte 4 - Pingüinos y correo averiado (Península Valdés - Esquel)

Los cuatro jinetes de la Patagonia deciden dar una vuelta por la península. Profunda y traicionera gravilla, vientos asesinos y malévolo polvo oscureciendo la pista de grava. Paradita en Punta Norte: pingüinos, leones marinos y elefantes de mar, muchos de ellos con sus crías.

¡Cuidado! La cruda realidad de las dos ruedas vuelve pronto. La primaria de Paul necesita un ajuste. Poco después un humo negro surge del tubo de escape de Paul. Rodar por la grava a pocas revoluciones está acabando con las bujías. Nuevas bujías y ¡vrrroooom!, las 74 ci. respiran libremente de nuevo. De vuelta a Puerto Pirámides dejamos descansar a las motos, mañana tenemos un montón de millas por delante.

Así fue. A mediodía atravesamos como el rayo Trelev, desde allí por la Ruta 25, dirección Oeste. 180 kilómetros a través de la estepa: grande, sin límites, calurosa y desolada. Paradita para repostar en Las Plumas y vamos hacia el Valle de los Mártires. El cual será esclarecedor para todos nosotros: el Valle de los Mártires es una mezcla entre Monument Valley y el Gran Cañón, repleto de formaciones increíbles, oteros, agujas -el escenario perfecto para una película de motoristas: allí fuera la árida e inacabable estepa, las montañas y cerca de la carretera, a lo largo del río Chubut, frondosa vegetación. Y no hace sino mejorar: anochecer en Los Altares y una cerveza fría en la mano. Monumental. Las únicas cosas que se hacen más pequeñas por allí son las ciudades. Las rectas son cada vez más largas. 200 kilómetros sin curvas desde Paso de los Indios a Tecka, un pequeño pueblo con una gasolinera.

Al final nos enfrentamos a la madre de todas las carreteras de grava, la infame Ruta 40. Damos la primera rodada en esta legendaria carretera y parece que incluso el rugido de los v-twins es más solemne. A lo largo del río Techa los cuatro jinetes ruedan hasta Esquel para alcanzar una muy necesaria ducha, enviar fotos por e-mail y repasar las motos. Tommy ha encontrado a alguien que conoce a otro que conoce a un tipo que puede reparar el asiento de Tommy. Mientras avanza la reparación, Ricky de Bariloche trae las largamente esperadas piezas para el freno trasero de Tommy. Paul y Tommy lo montan en una hora. Para celebrarlo separamos a una vaca de sus filetes y dejamos el bar seco.