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The Trip Out, Euston Park, UK

The Trip Out, Euston Park, UK

Nuestro hombre que conduce a la izquierda le dio a su Shovel un tratamiento para largas distancias y como es tradición, se acercó a Trip Out, para un sofocante fin de semana en Inglaterra, y esto tiene doble interpretación.

El camino a Trip Out discurría, como siempre, entre escenas salidas de una serie inglesa, con ciervos, perdices, faisanes, patos y gansos en bandada, todos intentando lo mismo: huir de ese calor.

El calor era tan endemoniado que el móvil se rindió. Y lo que nos esperaba en Trip Out tampoco contribuía a refrescar las cosas: impresionantes motos inglesas, magníficas Indian y por supuesto, Harleys:

Sportsters, Pans, Shovels y Knuckles customizadas con tal gusto que te calentaban aún más si cabe. La sombra de las furgonetas y hot rods en el césped de Euston Park ayudaron muy poco.

Aparentemente, las cosas eran más frescas

en la carpa de las motos del bike show, pero un termómetro habría estallado con las fantásticas construcciones que arrancaron motores para los premios y se llevaron bajo un sol de justicia hasta la carpa principal.

Las cosas se calentaron en el divertido concurso de robar salchichas (ganaron las salchichas) y los equilibrios en moto. Aún más intensas fueron las bandas, algunas tocando como si no hubiese un mañana, como los “Tuppenny Bunters”, un dúo de hombre y mujer con una misión: el Garage Baroque Act. Y dejaron huella. Ella sacó chispas de la batería y él se desgañitó.

La suerte sonrió a aquello que mantuvieron la cabeza fría y montaron su tienda en el aparcamiento de motos, lejos de la carpa de las bandas. Podías escuchar la gasolina evaporarse de cientos de depósitos. La luna y los planetas observaban desde el frío cósmico un lugar que echaba humo aún a las tres de la mañana… hasta que el primer gallo anunció el final de la noche a las cinco.

No hay palabras para describir

el calor. Afortunadamente, la tarjeta de memoria se mantuvo a salvo y lo capturó todo digitalmente: chasis recortados, enfermizos escapes mirando al cielo, horquillas interminables, alucinantes trabajos de pintura, y el omnipresente calor del sonido de los twins Harley. Ese borboteo asimétrico, mejor descrito onomatopéyicamente repitiendo despacito “potato pot pot potato potato…”

Y para cuando atacaba el hambre… las patatas “Kiss of Death” del año pasado, (spoiler: Death=ajo) fueron reemplazadas por otras frituras y hubo cerveza suficiente para paliar los síntomas de deshidratación tras 500 millas de agobiante calor. Los chicos y chicas de la barra eran rápidos como el rayo y los “Meyer Dancers” estuvieron tan bien como siempre con su coreografía de los años sesenta.

Nota al margen: Nuestro Shovel rider no tocó

una herramienta en todo el fin de semana, la vieja Boattail fue como un tiro todo el viaje de ida y vuelta a pesar –o gracias a – el infernal calor.

De vuelta a Trip Out: Gracias Anna y Andy por hacer del mundo un lugar mejor otra vez.