2019 - The ONE Moto Show, Portland
Cuando The One Show vio la luz por primera vez en 2009, dos aspectos destacaban en su agenda: Primero, homenajear máquinas verdaderamante construidas. No lo que podría o debería ser una moto, sino motos acabadas listas para rodar. Esa moto que alguien en un garaje en algún sitio ha construido y debe ser expuesta. No importa el tamaño, ni si tiene 1, 2, 3... o seis cilindros, ni importa la marca, siempre que haya existido.
Ah, y en segundo término el Show ha de ser el doble de alucinante que el anterior.
Y a juzgar por esta edidión
que conmemora su décimo aniversario en Portland, Oregón, Thor Drake de SeeSee y su equipo lo han logrado de nuevo. El espectáculo fue aún mayor, y en realidad bastante diferente que el anterior, sorprendiéndonos con otra gran cantidad de motos construidas con el entusiasmo por el que The One Show es conocido. Ah, y no les importan las tendencias imperantes por ahí.
Por supuesto hubo Harleys, pero también irónicamente minimotos choperizadas con motores de cortacésped, enduros de finales de los setenta y scooters scrambler rescatados de los abismos estéticos de los noventa y reintroducidos en nuestra actualidad custom.
Hubo un nuevo sponsor que de hecho,
no pasó desapercibido para nadie que no se tirase el fin de semana bajo una piedra. The Wigwam dejó cuatro contenedores frente a la entrada, con las últimas ofertas de Indian. En la pista de carreras Pro One los altavoces del estadio agradeciendo una y otra vez el dinero de los patrocinadores. Al que por cierto se dio un buen uso. En vez de tener que pagar una entrada (por primera vez) para acceder a la gigantsca factoría de encurtidos, gente de todas las generaciones merodeaban alrededor de 200 motos, aderezadas con arte, bandas en directo, stands con artistas nacionales e internacionales, constructores y marcas. Todo ello salpicado de momentos como las carreras de minimotos eléctricas, y todo ello fundiéndose en un gran cachondeo y desmadre.
También emanaba buenas vibraciones
del stand de DicE Magazine. Las minicustom cortacéspedes, construidas por algunos de los mejores talleres americanos con esos motorcitos y piezas descartadas despertaban amplias sonrisas en la cara de los asistentes. Más tarde tocaba una carrertita que no todos terminaron de una pieza.
Para resumir este fin de semana de diversión podemos decir que ha sido mejor en más de un nivel: Sólo una generosa capa de ropa de lana de nuestros amigos de Dehen salvaron nuestras vidas en el aire helado para presentar nuestras ruedas Cannonball, el chasis rígido Cannonball, sistema de arranque eléctrico y nuestro catálogo sin acabar con la cara morada de frío. Gracias gente de Dehen, gracias Thor y amigos por este inspirador ONE-iversario