Aquí empiezan los problemas
La vuelta a La Habana nos tiene preparado un nuevo contacto con la realidad. Campesinos con viejos carros de bueyes cargados hasta arriba de caña de azúcar, coches vintage americanosingeniosamente arreglados por sus propietarios y un poco de chicle, y una Knucklehead cuyos cilindros se ponen de acuerdo para estropearse todos la vez. Al final, todo se junta.