El asfalto del mundo real
De regreso en La Habana nos reciben dos motocicletas recién visadas por las Aduanas cubanas. Lo siguiente es pasar un par de horas en la inspección técnica. Vaya experiencia para alguien acostumbrado a ITV alemanas contemplar vehículos conservados con tanto ingenio presentarse a una inspección con tanta confianza. Por muy improvisados que parezcan, casi siempre obtienen el visto bueno.
Después de una o dos horas más en la oficina de registro, por fin nuestras motos lucen sus matrículas cubanas. Ya equipados, nos diluimosen el tráfico de La Habana, pero pronto nos damos cuenta de que sí, de que aquello era una prueba de carretera. Cae un chaparrón tropical y llena de agua los miles de baches, así que ya no los vemos. ¡KEERRUMMMPP!