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Wrecking Crew Diaries
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1996 Panama - Mud of No Return
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Día 11, jueves 11 de enero

Día 11, jueves 11 de enero

El chirrido matutino de las cucharachas hace despertarnos para el desayuno: huevos cocidos pasados por agua, café gourmet y cruasanes recién hechos – quien lo cree, será dichoso. Sin embargo, recién fortalecido uno se siente satisfecho con el funcionamiento de prueba del engrase de alto rendimiento „"Multi-Matsch-o-matic".

Por la noche, la lluvia impidió que los cuatro pan-tásticos sigan su camino y por ello hicieron un pequeño descanso. E resultado de esto fue que el lodo logró asentarse un poco. El apuro que Wolfgang tenía por partir en seguida antes de que empezará a llover - y a lo mejor el tractor había removido todo nuevamente - ocasiona a un motín. Recién la esperanza de esperar un barril semilleno para ducharse en Santa Fe, calmo los ánimos. Pero todo se repite durante el camino de regreso a través del lodo. El todoterreno y las motocicletas se han devuelto nuevamente más metros. Wolfgang pasa por un pasaje de lodo y no se da cuenta de la piedra grande que se había colocado antes para marcar el camino en el cauce. La placa deslizante levanta la moto hacia la derecha y la bota hacia la izquierda. La buena noticia es que el motor se apagó gracias al Deadman-Switch. La mala es que Wolfgang, que está aprisionado con la pierna izquierda entre la motocicleta y el surco de lodo, tiene que sacar a golpe de pala la piedra con la mano derecha y el pie derecho, equilibrar y luego arrancar la moto en el fango. Gracias Panhead, pues funcionó con la primera patada.

On the road again. Y en menos de dos horas, se encuentra uno con una vieja conocida: la lluvia. El efecto secundario es sorprendente: lavado de vehículos. Aunque se extraña un poco el efecto de lavado a fondo, pero aún así resulta.

El lavado dura hasta Santa Fe donde especialmente la generación más joven se interesa por los cuatro extraños que vienen montados sobre terrones de lodo ruidosos desde la selva tropical.

Y esperamos con estusiasmo por el cuarto reservado con ducha. Y, ¿cuál es la ducha? Un charco turbio con una rana gorda. Y ningún indicio de agua. La gente se rebela hasta que se consigue un balde con líquido turbio para llenar el barril de ducha que sólo tiene semejanza con el agua por lograr crear el efecto mojado. Y así se califica como líquido de ducha. Y después, uno va directamente al reino de los sueños.