Bell

En los 50 había un tal Roy Richter que se dedicaba a vender piezas desde el garaje de su casa de Los Ángeles, California, en los límites del mundo del Hot Rod y las carreras de coches. La velocidad de los coches era cada vez mayor, pero también los riesgos y los accidentes.

Así, en 1954 pensó con la cabeza y empezó a producir un casco de fibra de vidrio al que llamó Bell 500 en honor al Indy 500.

Y así fue como justo un año más tarde el Bell 500 participó en la primera carrera de su historia. Carl Niday se lo encasquetó, pisó a fondo el acelerador y 170 vueltas más tarde se empotró contra la pared. Fue un milagro que sobreviviera, según él gracias, al menos en parte, a su nuevo casco.

No es de extrañar que los cascos Bell se ganaran una especie de estatus oro en seguridad, sobre todo después de la aparición en 1966 del primer casco integral. A partir de entonces, todo paso ha sido un avance. En 1971, los 33 pilotos de la carrera de las 500 millas de la USAC (Indianápolis, Pocono y Ontario) llevaban cascos con el logotipo Bell.

Los ya célebres cascos Bull empezaron a proteger muchas cabezas famosas: fast Hollywood actor Steve McQueen, Salt-Flats recorld legend Burt Munro, and of course the man who broke his bones 433 times: Evel Knievel. En 1975 llevaba un casco "Star" de Bell cuando protagonizó aquel salto histórico en Wembley por encima de 13 autobuses londinenses. El salto fue un éxito, el aterrizaje no tanto. Knievel dio de cabeza contra el suelo y aún así "solo" se rompió una cadera cuando contó a los 80.000 presentes que nunca iba a volver a saltar.

Pero Bell siguió adelante: una procesión imparable de innovaciones en seguridad y confort mantuvieron a Bell en el podio del éxito, ya fueran cascos para coches, motos, bicicletas, en las pistas o fuera de ellas.

Incluso cuando Bell recuperó los antiguos diseños de siempre, como el Bell 500 o el Bullitt, lo hizo cumpliendo las normas de seguridad vigentes. Estilo y confort viajan de la mano. A la hora de comprar un casco, confíe en su intuición y no se equivocará.